Cuando el diablo se aburre...


Cuando el diablo se aburre no mata moscas con el rabo (como dice el refrán), si no que se dedica a algo mucho más entretenido, como es el ocuparse en fastidiar monjas.

Grabado de las monjitas de Cambrai
Resulta que allá por el 1491 en Cambrai, Francia, en un pequeño convento de monjas, éstas empezaron a trepar a los arboles creyéndose gatos, correr por el monte como si fueran perros, o incluso lanzarse al aire figurándose ser pájaros.
Si, esto último tenía que ser lo más divertido de ver, porque ha de ser curioso ver a una monja lanzarse adelante en plan Superwoman  y acabar dándose un planchazo.

También las religiosas comenzaron a mostrar un desmedido “interés” por otros religiosos, como el director espiritual del convento, al cual Jeanne estuvo “acosando”.
El caso es que durante cuatro años las monjas fueron tratadas con oraciones, exorcismos y medicina convencional, pero nada dio resultado.
Hasta que un día, una de las novicias habló. A través de ella se presentó el demonio, y acusó a Jeanne Potière (la primera afectada) de haberle introducido en el convento. Según el demonio, la había poseído desde los 9 años y yacían juntos (entregados a todo tipo de “actos monstruosos”) desde que Jeanne había hecho sus votos.
La pobre Jeanne fue condenada a prisión de por vida, donde murió a los 40 años.

En 1550 estos sucesos se repitieron en un convento en Uvertet, en los Paises Bajos. Las monjitas en cuestión aparte de comportarse como animales, se dedicaban a gastar bromas maliciosas (como retirar el orinal cuando una compañera se encontraba en plena faena en medio de la noche) y eran presas de fuertes convulsiones que las hacían elevarse del suelo. Además demostraban una increíble fuerza, ya que cuando otras monjas trataban de contenerlas, las “poseídas” se liberaban de ellas sin esfuerzo demostrando una fuerza extraordinaria.

El Doctor Johannes Weyer
El caso es que un afamado médico, Johannes Weyer, se interesó por el caso, y descubrió que las clérigas habían estado ayunando durante la cuaresma, y durante 50 días sólo se habían alimentado de sopa de nabo.
La “sobredosis” de nabo se sabía que podía provocar las convulsiones, pero aún así, el médico determinó que el diablo era el responsable de los arrebatos de Cambrai y de Uvertet.

Cabe destacar que por aquella época los conventos eran un lugar en donde, lejos de motivos de “fé religiosa”,  las familias recluían a sus jóvenes “pecadoras”, “inoportunas” o “poco agraciadas”. Pero aparte de eso solían ser chicas jóvenes, de buena familia, sanas, con instintos naturales sanos.
El poco ejercicio físico, el ayuno periódico, la dieta a base de nabo y falta de compañía masculina fueron los causantes de tales trastornos psíquicos.

Y tengo que decir que yo las entiendo, que sólo comer nabo pero no tener sexo debe ser para volverse del todo loca. 

1 comentario:

Doktor Hernandeath dijo...

Buenísimo lo del nabo, en efecto.

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