Mientras unos dibujan penes por la galaxia...

Las teorías científicas sobre el universo siempre me han resultado muy atractivas, donde la realidad parece que supera a la ciencia ficción y podemos escudriñar los grandes misterios de la humanidad.

Hace poco saltó la noticia de que se había hecho un descubrimiento que demostraría que vivimos en un "Universo Holográfico" y la verdad es que me llamó la atención. Sí, incluso más que la noticia de los intelectuales de la NASA que se habían dedicado a dibujar con el vehículo espacial un pene en Marte.

Por supuesto la compresión completa total de este tipo de teorías (y me refiero a un Universo Holográfico y no a dibujar penes) se nos escapa a la gran mayoría de los humanos. Sin embargo esa comprensión parcial es lo que le da a estas teorías un aire de fantasía y misticismo altamente embriagador que despierta nuestra sed de conocimientos.

Stephen Hawking
La teoría del Universo Holográfico parte de la teoría de funcionamiento de los agujeros negros de Stephen Hawking y de las Teorías de Cuerdas.
Según esta teoría, nuestro universo de tres dimensiones estaría codificado en un una superficie de dos dimensiones llamado horizonte de sucesos, que sería el que proyectaría nuestra realidad. Entonces un agujero negro, que son los entes de entropía máxima o lo que viene a ser lo mismo, un punto donde la densidad de información ha llegado a su máximo. La alta densidad de los agujeros negros hacen que la gravedad generada curve espacio tiempo sobre ellos, creando una esfera de influencia del agujero negro, siendo la superficie del agujero negro el horizonte de sucesos del Universo Holográfico.


Partiendo de la idea simple de que un agujero negro es un pozo que absorbe todo lo que esta en el influjo de su gravedad, la teoría holográfica, de forma simplificada sugiere que cuando un objeto es tragado por un agujero negro, la información de este objeto queda retenida en su superficie bidimensional (horizonte de sucesos) justo el límite desde donde es posible su observación desde el exterior. Por lo tanto la realidad de los objetos queda codificada en esta superficie que será la que crea nuestro universo tridimensional a partir de la información contenida en una superficie bidimensional.

Según Hawking, los agujeros negros no únicamente absorben todo lo que entra en su campo, sino que también emiten radiación, pero en este proceso de radiación no se puede captar información alguna, por lo que se puede sobreentender que el horizonte de sucesos de los agujeros negros es lo que finalmente conforma nuestra realidad. Además esta emisión de radiación supone una perdida de masa de los agujeros negros que produce una paulatina evaporación de estos hasta su desaparición y con él nuestra realidad y existencia.

Instalaciones del GEO600 Hannover, Alemania
Hasta aquí, todo esto no son más que teorías, pero recientemente el detector de ondas gravitacionales en Hannover, GEO600 encargado de detectar fluctuaciones en la curvatura del espacio-tiempo, detecto un extraño ruido de fondo procedente de los confines del universo. Este ruido, una vez descartado como interferencia por otros motivos, fué clasificado como el límite exterior del espacio-tiempo, donde empieza a dejar de existir como tal, lo que solo tiene sentido para un universo holográfico que tiene un límite de proyección en el campo de acción gravitacional del agujero negro que crea el holograma.


Desde un punto de vista menos científico y más parapsicológico, existen testimonios de personas que tras haber estado en coma, o en experiencias cercanas a la muerte, que aseguran haber visto un universo compuesto por esferas, equivalente a las realidades holográficas generadas por los agujeros negros.
Según estos relatos y testimonios, durante su experiencia próxima a la muerte, sentían como si un ente superior o fuerza inexplicable extrajera su conciencia de la realidad, y una vez fuera de la realidad conocida  pudieron observar un universo generado por infinidad de esferas.

Ya sea desde un punto de vista más científico o más espiritual, la teoría de un universo holográfica es más que inquietante, reavivando la eterna duda en donde termina la realidad y empieza la fantasía, y si nuestra conciencia es la que nos permite interactuar con nuestro entorno o directamente nuestra consciencia es la que crea el entorno. Igual dentro de no mucho descubrimos si vivimos o no dentro de Matrix.

Inquietante Belleza

Hacía ya mucho tiempo que no se hablaba en este blog sobre la pintura y en Alicante Bizarro queremos seguir siendo de los pocos que si se nos habla de Artes Gráficas no piense en Photoshop o Instagram.

En este caso hablaremos de esos cuadros que muchas veces te da miedo mirar pero es imposible apartar la mirada de ellos. Esos cuadros que no por su perfección o por su belleza atraen sino porque parecen tener  magnetismo, cabiendo la posibilidad de que si lo miras fijamente el cuadro se pueda apoderar de tu alma.

Este tipo de cuadros no son característicos ni de un estilo o de un autor concretos aunque quizás podríamos decir que muchas veces si es más fácil encontrar estas inquietantes obras de arte dentro del simbolismo pictórico.

Die Toteninsel (Arnold Bocklin)
El primer cuadro que quiero comentar es posiblemente una de mis obras de arte favoritas, La Isla de los Muertos de Arnold Bocklin. La obra de Böcklin fué de las más valoradas de principios del siglo XX. llegando a decir Nabokov que en todas las casas de Berlin podías encontrar una obra suya. Este obra en concreto también adornaba las oficinas de Lenin o Freud (además de ser uno de los cuadros favoritos de Hitler, que estaría como una cabra el hombre pero hay que reconocer que en cuestiones estéticas pensaba a lo grande)
El cuadro se piensa que esta basado en el "Cementerio Inglés" de Florencia, donde se encuentra enterrada la hermana del autor, y la ubicación  en una isla hace referencia a la soledad sufrida por la perdida y el simbolismo del barquero hacia el más allá.

Franz Ritter von Suck fué otro de los autores representativos del simbolismo, y un artista del que vale la pena observar toda su obra detenidamente. 
Wilde Jagd (Franz Von Stuckt)
Su obra Wilde Jagd ( La cacería salvaje) tiene un halo de misticismo más allá de lo inquietante que resulta el lienzo por si solo. El Wilde Jagd es una tradición folclórica anglo-sajona y germánica, una versión de los cuatro jinetes del apocalipsis. Esta representada por unos cazadores fantasmales, y al frente de ellos, encabezando la cacería, deidades o legendarias figuras históricas.
La cacería salvaje es un símbolo que predice la llegada de una plaga y catástrofe, y en el mejor de los casos únicamente sera la muerte del que presencie la espectral cabalgata.
Hasta aquí parece simplemente un poco de folclore y poco más pero resulta más inquietante saber que Franz Von Stuckt finalizó el cuadro Wilde Jagd en 1889, el año de nacimiento de Hitler, y resulta más curioso la similitud del personaje central en este cuadro con el personaje histórico y más teniendo en cuenta el simbolismo asociado al Wilde Jagd.


Rosa Mística (Francisco Laporta Valor)
Y podría seguir mostrando infinidad de obras que parecen tener alma propia si no es apoderarse de la de uno mismo. Otros cuadros quizás tienen menos historia y sus autores menos renombre pero el aura creada por estos no deja de impresionar. El Alcoyano de principios del XX en su cuadro Rosa Mística es digno de mención, y más teniendo en cuenta que es un cuadro del que he podido disfrutar en persona. Y sino la Barca de Caronte del valenciano José Benlliure, o incluso la sorprendente Madonna de Edvard Munch siempre viviendo a la sobra de El Grito

Maddona (Edvard Munch)

La Barca de Caronte (José Benlliure y Gil)