Venzone: La muerte os sienta tan bien.

En todo tipo de culturas hay distinto tipo de creencias y supersticiones sobre la muerte y el más allá, habiendo aparecido a lo largo de toda la historia innumerables tipos de ritos funerarios.

Momificaciones, enterramientos, incineraciones... todos ellos se adaptan a las creencias culturales para preparar a los difuntos a las diferentes ideas de lo que ocurre tras el oscuro velo de la muerte.

Sin embargo hay casos en que los ritos comunes pueden verse modificados por misteriosos sucesos que pueden llegar a hacer tambalearse creencias largamente arraigadas. 

No, no me refiero a Zombis, así que dejar vuestras motosierras y ballestas apartadas que de momento no van a ser necesarias.

Momias de Venzone

En la pequeña comunidad católica de Venzone, una pequeña localidad en la provincia de Udine al norte de Italia, el rito del enterramiento parecía no querer cumplir aquello de polvo al polvo y cenizas a las cenizas.

Durante cientos de años, un halo de misterio ha rondado esta pequeña población. Los cuerpos enterrados bajo la catedral de Venzone, eran momificados de una forma natural, y preservados de una manera casi milagrosa, pudiendo los habitantes reconocer a sus familiares varias décadas después.

Imagen de la festividad donde los lugareños conviven con sus parientes fallecidos.

Tan sorprendente hecho, hizo que los lugareños generaran el mito de que la momificación se debía a que las almas o bien no habían abandonado el cuerpo o al menos retornaban periódicamente. Debido a esto generaron una festividad donde sacaban a los muertos de sus tumbas y  convivían un día con ellos (aunque no creo que fueran el alma de la fiesta). 

Sin embargo, el misticismo ha desaparecido cuando científicos consiguieron averiguar la causa de tan peculiar misterio. El causante parece ser la Hypha tombicina, un hongo parásito, que deshidrata rápidamente los cadáveres incluso antes de que pueda comenzar a producirse la descomposición biológica del cuerpo. 

¿Cual es el muerto?

Ese no debía ser un buen feligrés cuando estaba vivo.

No se si una vez que se acostumbra uno a sacar a pasear a los muertos, un científico puede convencerte de que dejes de hacerlo, pero quien somos nosotros para juzgar con quien se relaciona la gente. Seguro que dan menos problemas que muchos vivos.