PELICULA DEL MES DE ABRIL

Vincent
Título para España: Vincent
Año: 1982
Director: Tim Burton
Reparto: Vincent Price (Narrador)
Género: Corto Animación

No sólo las películas que duran casi tres horas son dignas de mención. Muchas veces desmerecemos el género corto simplemente porque parece más fácil crear pequeñas obras maestras y se necesita menor creatividad. Pero también hay que saber donde está el límite, muchas veces es preferible un corto compacto que una película llena de trozos "sin chicha ni limoná".

A estas alturas no creo que haya que explicar quién es Tim Burton. Yo no soy muy devoto de su obra, sobretodo por la tendencia que tiene últimamente de hacer remakes, pero me quito el sombrero ante obras como Sleepy Hollow, Beetlejuice o Batman.

Hablando ya propiamente de "Vincent", ¿quién en su sano juicio no querría ver un magnífico poema cinematográfico sobre un niño que su mayor aspiración es ser Vincent Price? 
Si unimos un marcado aroma a Poe, una escenografía entre el expresionismo alemán y el sello inconfundible de Burton, y una narración profunda y sentida a cargo de, nada más y nada menos, el mismísimo Vincent Price, tenemos el producto perfecto.

Si quisiéramos quitarle un poco de mérito a Tim Burton podríamos decir que resulta igual o más impactante las narraciones grabadas de Vincent Price de cuentos de Poe sin escenografía alguna. Pero si queremos quitarle valor a la composición visual, se lo tenemos que otorgar en la creación poética. Un poema que expresa mucho más que cualquier guión de Hollywood, desbordando a la vez adoración y parodia por un género, como es el terror clásico, que tan bien representa el señor Price.

Realmente esta película tiene un carácter especial para mí por sentirla casi como autobiográfica en mis años de infancia autista. Sin embargo, creo que cualquier seguidor de Poe, Burton, o Vincent Price la disfrutará igual o más que yo. Y si no eres seguidor de ninguno de los anteriormente mencionados no es que vayas a encontrar pegas en "Vincent" sino que tú eres la pega.

Ahora a disfrutar de los casi seis minutos de esta joya y esperar que el señor Burton no quiera destrozarlo convirtiéndolo en un largo, como quiere hacer con Frankenweenie, otro corto genial.




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