Richard Chanfray (1940-1983) |
Con su interés por el ocultismo y la transmutación, unido a que asertaba ser la reencarnación del Conde de St. Germain, aprovechó perfectamente la fascinación que mostraba la alta sociedad francesa por lo bizarro y paranormal para amasar una gran fortuna rápidamente. Por esta época se convirtió también en el "adivino" particular de varios personajes famosos.
Similitud entre Chanfray y St. Germain |
En 1973 se le presentaba en un teatro en París como "el hombre que transmutaba el plomo en oro". Este hecho, lo catapultó a la fama mundial, recorriendo varias televisiones haciendo demostraciones de esta habilidad delante de especialistas en la materia como científicos y joyeros para atestiguar su veracidad.
Chanfray aseguraba que los conocimientos alquímicos al igual que la piedra filosofal, se los había transmitido un misterioso personaje al que había jurado mantener en el anonimato. Junto a la habilidad de la transmutación. El supuesto Conde St. Germain, proclamaba igualmente tener otros dones también asociados a los conocimientos alquímicos como la inmortalidad y la visión de vidas pasadas.
Respecto a esta última habilidad también hizo varias demostraciones. Cuando era invitado a palacios, era capaz de ubicar estancias privadas y pasajes ocultos de dicha construcción, asegurando haber estado allí en vidas pasadas.
En España, el prestigioso periodista Jose María Iñigo en su programa Directísimo, contó con la presencia de Richard Chanfray donde volvió a asombrar a público y expertos cuando el propio Iñigo siguiendo las instrucciones de Chanfray consiguió transmutar plomo en oro.
Aquí un vídeo del programa Cuarto Milenio donde se comenta ese episodio en la televisión española.
En 1984 Richard Chanfray tras estar sumido en problemas económicos como legales, y tras haberse divorciado de Dalida años antes, se suicidó inhalando los gases del escape de un coche.
Curiosamente junto a él se suicidó también su pareja de la época, Paula de Loos, que al igual que Chanfray se había auto-concedido un título nobiliario, el de Baronesa de Trintignan.
Curiosamente junto a él se suicidó también su pareja de la época, Paula de Loos, que al igual que Chanfray se había auto-concedido un título nobiliario, el de Baronesa de Trintignan.
Y hasta aquí la historia del Conde de St. Germain, pero quizás en un futuro volvamos a tener noticias de él.
1 comentario:
Personajes que sin duda necesitaban estar en boca de todos para autoalimentarse..
Un saludo
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