PELICULA DEL MES DE OCTUBRE

Das Cabinet des Dr. Caligari

Título para España: El Gabinete del Dr. Caligari

Año: 1920

Nacionalidad: Alemana

Director: Robert Wiene

Reparto: Werner Krauss, Conrad Veidt, Friendrich Feher

Género: Terror, Intriga.

La primera obra del expresionismo alemán y obra maestra de Robert Wiene. A pesar de que en primera instancia la película iba a ser dirigida por Friz Lang, finalmente, al tener éste ya un proyecto en marcha, la dirección recayó sobre un Weine ya más que curtido por aquel 1920 en las artes de la dirección.

Para mi gusto El Gabinete del Dr. Caligari es y será la mejor película de terror clásico.

A pesar de que todos instintivamente al hablar del terror clásico pensamos en Nosferatu, la obra de Murnau es inferior por tres motivos:

Primero por tratarse de una obra mucho más simple al lado de la complejidad de este film. Segundo por carecer del expresionismo llevado al extremo con decorados imposibles e interpretaciones y maquillajes rozando lo grotesco. Y por último porque Nosferatu es dos años posterior y aun así no supo absorber bien todas las enseñanzas de la magistral obra de Weine.

Aunque hablar de actores de aquella época es complicado, hay que hacerle mención especial, sino un monumento, a Werner Krauss. Nunca he visto una actuación en cine mudo a este nivel. Su papel como el peculiar Dr Caligari es una oda al expresionismo, donde lo exagerado de su actuación crea una tensión y ambiente difícil de crear en el cine mudo.

Si pensáis que nadie deja finales tan inquietantes como Kubrick, o sois de los que asociais el terror clásico a obras simplonas, es que no habeis visto esta película. Os aseguro que no vais a pensar lo típico de: "para la epoca no esta mal", o que "para los medios que se disponían por aquel entonces fue un gran logro".

Es una película completamente atemporal, donde los maquillajes un tanto esperpénticos, los decorados rústicos e imposibles, el blanco y negro, y los exagerádos diálogos mímicos, sólo hacen que darle identidad.

Tiene ese paladar a licor casero, destilado en un cochambroso alambique, que a pesar de la aparición de sofisticados cocteles, sigue siendo lo que más nos arropa el espíritu.

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