Cuando el diablo se aburre no
mata moscas con el rabo (como dice el refrán), si no que se dedica a algo mucho
más entretenido, como es el ocuparse en fastidiar monjas.
Grabado de las monjitas de Cambrai |
Si, esto último tenía que ser lo
más divertido de ver, porque ha de ser curioso ver a una monja lanzarse
adelante en plan Superwoman y acabar
dándose un planchazo.
También las religiosas comenzaron
a mostrar un desmedido “interés” por otros religiosos, como el director
espiritual del convento, al cual Jeanne estuvo “acosando”.
El caso es que durante cuatro
años las monjas fueron tratadas con oraciones, exorcismos y medicina
convencional, pero nada dio resultado.
Hasta que un día, una de las
novicias habló. A través de ella se presentó el demonio, y acusó a Jeanne
Potière (la primera afectada) de haberle introducido en el convento. Según el
demonio, la había poseído desde los 9 años y yacían juntos (entregados a todo
tipo de “actos monstruosos”) desde que Jeanne había hecho sus votos.
La pobre Jeanne fue condenada a
prisión de por vida, donde murió a los 40 años.
En 1550 estos sucesos se
repitieron en un convento en Uvertet, en los Paises Bajos. Las monjitas en
cuestión aparte de comportarse como animales, se dedicaban a gastar bromas
maliciosas (como retirar el orinal cuando una compañera se encontraba en plena
faena en medio de la noche) y eran presas de fuertes convulsiones que las
hacían elevarse del suelo. Además demostraban una increíble fuerza, ya que
cuando otras monjas trataban de contenerlas, las “poseídas” se liberaban de
ellas sin esfuerzo demostrando una fuerza extraordinaria.
El Doctor Johannes Weyer |
La “sobredosis” de nabo se sabía
que podía provocar las convulsiones, pero aún así, el médico determinó que el
diablo era el responsable de los arrebatos de Cambrai y de Uvertet.
Cabe destacar que por aquella
época los conventos eran un lugar en donde, lejos de motivos de “fé
religiosa”, las familias recluían a sus
jóvenes “pecadoras”, “inoportunas” o “poco agraciadas”. Pero aparte de eso
solían ser chicas jóvenes, de buena familia, sanas, con instintos naturales
sanos.
El poco ejercicio físico, el ayuno
periódico, la dieta a base de nabo y falta de compañía masculina fueron los
causantes de tales trastornos psíquicos.
Y tengo que decir que yo las
entiendo, que sólo comer nabo pero no tener sexo debe ser para volverse del
todo loca.